La Isla del Pensamiento o el Síndrome de los pollos sin cabeza.

Era inevitable: me encantan las películas sobre periodistas. Especialmente las americanas de los años 50, esas que nos regalan, en algún momento del guión, la escena que mejor nos define. El muerto yace en la penumbra de un bar, la policía ha terminado de recoger muestras e indicios, la prensa se amontona en la puerta del establecimiento. Y entonces alguien exclama: «¡Que pasen los chicos de la prensa!»·Y los fotógrafos y los plumillas entran trotando, las cámaras despiden preciosos fogonazos. En la escena siguiente el fotógrafo y el periodista salen de la redacción fumándose un puro con la satisfacción del deber cumplido. Siento cierta envidia. Qué definición tan clara del principio y el fin de una noticia!

Internet abre al periodista un universo infinito de posibilidades al tiempo y le entrega una acreditación de pollo sin cabeza. Con una noticia en la mano ¿cuál debe ser el primer soporte? ¿La cuenta personal en Twitter? ¿La cuenta corporativa (si existe)? ¿La web del medio?  ¿El blog?  ¿La edición en papel? ¿El primer informativo? ¿Han elaborado ya los medios de comunicación protocolos claros sobre cuál debe ser el itinerario de una noticia?

En esa estamos y sobre esto vamos a pensar el miércoles y el jueves en Nethinking, un diálogo a once voces desde la Isla de San Simón (Galicia) que será posible gracias al entusiasmo de uno de los nuestros, Nacho De la Fuente.

Volver a dar sentido a esta profesión maravillosa es un reto y también un deber.

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Una respuesta a La Isla del Pensamiento o el Síndrome de los pollos sin cabeza.

  1. Zoemar dijo:

    Te felicito por tu blog y te sigo en tus informaciones. Me ha hecho mucha gracia lo del Betis, como bético.

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