Esta es una de las últimas imágenes de Mitterrand en vida que guardamos aquellos que, en 1998, éramos corresponsales en París. Sentados en la terraza del Café de Flore, Enric González, del diario El País, y una servidora, tuvimos ocasión de verle pasar poco antes de morir. Caminaba solo por el Boulevard St Germain, los brazos cruzados sobre una espalda ligeramente encorvada. A pocos metros de distancia le seguía su médico personal. LLevaba una taburete plegable por si Mitterrand necesitaba reposar durante esos largos paseos. A esas alturas, el cáncer de próstata había dejado huella en su rostro, más afilado y cetrino que de costumbre. Y sin embargo seguía caminando con decisión y la mirada viva. Oteando incisivamente sus dominios. Un líder hasta el final.
El ocho de enero se cumplen quince años de la muerte de Mitterrand y los franceses le siguen recordando con mucha intensidad. Estos días merece la pena echar un vistazo a los semanarios que están abriendo el año con estupendos monográficos sobre su figura. El político, el visionario europeo, el verdugo de la pena de muerte, el hombre con dos familias. Nunca un presidente podrá reflejar mejor el alma del país que dirigió.
¿donde están esos fabulosos políticos de los 80 que construyeron Europa? les necesitamos mucho…
Gran Mandatario, gran ser humano, estadista universal.
un grand defensseur de leurope
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