Descubrí los ojos de Victoria mientras hablaba con Alfonso Ojea, colega y amigo de la Cadena Ser. Nos estábamos saludando, mezclados con el grupo de afectados por las preferentes que reclamaba este jueves justicia cerca de la Audiencia Nacional. En el interior de la sede judicial tres exdirectivos de Bankia, entre ellos Miguel Blesa y Rodrigo Rato, se explicaban ante el juez Andreu.
A dos metros estaba Victoria apoyada en una valla. LLevaba, me ha dicho, un buen rato pancarta en ristre y ese cuerpo de 76 años ya no daba para más.
Al abordarla me ha sorprendido su mirada. «¡Qué ojos tan bonitos tiene!». Me he permitido el piropo. Verdes y profundos. Y tristes. Victoria me ha contado que lleva tres años luchando por recuperar lo que un día confió a su sucursal de toda la vida, en Guadalajara. Como muchos otros afectados, todos los jueves Victoria acude a una protesta de preferentistas cerca de la Puerta del Sol. Algunos de los que comenzaron el movimiento ya no están, se los ha llevado la enfermedad o o la edad.
Victoria, como todos los demás, merece un ocaso más digno. Ojalá lo consigamos.