Muévete en Twitter como por un campo de minas: si tu tuit puede ser malinterprentado, lo será.
Si has provocado un incendio en redes, no lo apagues en caliente.
En caso de duda, no tuitees.
En caso de ingesta de alcohol o psicotrópicos, no tuitees.
Sé humilde siempre y aprende: cuando creas que controlas una red social, añaden más funcionalidades y ya no controlas.
Paciencia: lo que funciona un día, fracasa al siguiente.
Las redes sociales no duermen, tú tampoco.
Las redes sociales no cierran en fin de semana, tú tampoco.
Defiende tu trabajo: las redes sociales no las hace (bien) cualquiera.
Trabaja con tanta seriedad como el mejor periodista de tu redacción.